viernes, 31 de octubre de 2008

LA CRISIS GLOBAL O LA GRAN DEPRESION DE 1929.

¿Fue también la crisis de Chile?

Antes de la Primera Guerra Mundial reinaba en el mundo el sistema de patrón oro, siendo Inglaterra el principal centro comercial y financiero, y siendo la Libra Esterlina la moneda que se utilizaba en el mercado internacional. El inicio de la guerra quebró este sistema de transacciones y el comercio internacional.
La causa de este desastre financiero además, fue una especulación exagerada, debida a la sobreproducción y a la inflación del crédito, además de la mala distribución de la riqueza en los años veinte y la extensa especulación en el mercado que se llevó a cabo durante la última parte de esa década. La mala distribución de la riqueza existió de varias maneras. El dinero estaba desigualmente distribuido entre la clase alta y la clase media, dentro de los Estados Unidos había desigualdad entre la industria donde se ganaba mucho y la agricultura donde no se ganaba, y también la había entre Estados Unidos y Europa. Nueva York era la capital económica mundial y esta fue la que sufrió la brusca caída en sus precios motivados por la severa crisis económica que asolaba a Europa y por la devaluación de las principales monedeas europeas.
La crisis se extendió a Latinoamérica por ser una zona especializada en exportación, la inestabilidad de los mercados de esos productos que se vivía en el mundo, solo era solucionable con una buena financiación exterior, pero la interrupción en el flujo de capitales norteamericanos a la región y la caída en las importaciones de algunos productos de América Latina notaron más las consecuencias.
El comercio exterior de Chile sintió todo el impacto de la crisis global de 1930 y la principal causante de tal intensidad fue que de todos los sectores de la economía chilena, la depresión golpeó primero y más duramente a la minería. El valor oro del comercio internacional en Chile cayó proporcionalmente más que el de ningún otro país en el mundo. Bajaron los niveles de exportación del cobre y salitre. Si bien esta actividad comprendía solamente el 6% de la población activa, los mineros llegaron a ser más de la mitad de los trabajadores cesantes a causa de la depresión. En Santiago, el gobierno a través de los Comités de Ayuda a los Cesantes debió alimentar y albergar a miles de familias; las ollas comunes se incrementaron en los barrios, y mucha gente terminó viviendo en cuevas en los cerros cercanos a la ciudad.
Crisis hubo además en todas esas personas que confiadas compraban las suculentas accionas que tan baratas se vendían y con tantas ganancias que quedaban, que para el día de la depresión estas pobres personas tenían que vender sus acciones a ni si quiera un tercio del valor intrínseco, y aún así nadie, ni si quiera las grandes empresas las compraban por que suponían lo que se venía, aún que, después de que empezaron a subir los precios de las acciones por que algunos compraban otras empresas, aprovecharon de comprar las baratas ofertas y… volvió a bajar a la gran depresión donde ahí si que se perdió todo lo invertido

La mayor parte de las políticas económicas de chile de la administración Ibáñez fueron financiadas con fondos norteamericanos, debido a las facilidades de pago que la banca estadounidense daba a las economías periféricas como la chilena. Esta situación determinaba que la economía de Chile estuviera sujeta a las oscilaciones del comercio internacional y a las constantes variaciones del valor del dólar, el que se hallaba constantemente amenazado por las relaciones europeas durante la posguerra. Por otro lado, el panorama económico chileno se complementaba con el protagonismo de la industria del salitre que en ese momento era el principal fuerte pero disminuyéndose aún más con el cierre de algunas salitreras en el Norte. Era tal la importancia de este rubro en ésa época del país que terminó afectándolo en todo ámbito; la que paradójicamente tenía como principal cliente a los Estados Unidos, hecho que profundizaba la dependencia chilena de la economía mundial y de los mercados globales. La caída en la venta de salitres dejó tras de sí a miles de trabajadores cesantes, los que se vieron obligados a abandonar las oficinas del norte y a retornar a la zona central en busca de mejores perspectivas. La situación económica del país pareció tocar fondo, obligando a la suspensión del pago de su deuda externa en 1931.
La crisis financiera aumentó las protestas en contra del gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, quien se vio obligado a renunciar y partir al exilio el 26 de julio de 1931. La caída del presidente Ibáñez dio paso a una grave crisis política también, que hizo que en un año hubiera varios regímenes de gobierno, donde algunos tuvieron una duración de solamente doce días. El retorno a la normalidad política y la reactivación económica comenzó con la llegada de Alessandri, en octubre de 1932. Realmente esta fue una gran crisis también para chile por que a demás del empobrecimiento de la mayoría de sus habitantes estaba sucediendo la problemática del salitre, el oro perdió por un tiempo su valor y hubo problemas políticos, lo bueno es que hubo una solución al problema y hay que esperar a que no vuelva a pasar por que se sabe que ya estamos más globalizados.

No hay comentarios: